17 septiembre, 2011 By malgobierno

De la libertad de expresión, el Internet y todo lo demás

La veracidad en la información que circula en medios no oficiales por medio de Internet ha sido discutido por mucho tiempo, pero la conclusión para muchas personas es que ser un medio libre mucha gente puede dar datos, no necesariamente reales.

Si algo ha caracterizado a esta plataforma es el gran flujo de información en muchas casos falsa. Los motivos para su publicación van desde la broma, hasta la manipulación por medio del rumor y la desinformación. El ingenio de las personas, de manera intencional o involuntariamente ha dado imágenes, chistes, historias, frases y cualquier tipo de material, históricamente difundido por medios electrónicos.

Cualquiera de nosotros recibimos algún correo con un rumor, desde el cierre de Hotmail, Facebook de paga, un cadáver en el estanque de alguna refresquera, secuestros en los supermercados, hamburguesas preparadas con carne de rata y podría seguir y seguir con la lista de Hoax, nombre que se le da a una noticia falsa es un intento de hacer creer a un grupo de personas que algo falso es real. En el idioma castellano el término se popularizó principalmente al referirse a engaños masivos por medios electrónicos especialmente Internet.

Relativamente pocos años atrás, el acceso a las herramientas de información vía Internet, iniciaron un crecimiento acelerado ya que se conjuntaron varios factores socio económicos, permitiendo que las personas usaran cuentas de correo electrónico y mensajeros, salas de chat en mayor cantidad. Los foros se convirtieron en sitios donde las conversaciones sobre información no oficial, sobre intercambio de ideas, soluciones y rumores. En estos foros de reafirmaba o se desmentían versiones, se concluía, se dialogaba.

Las plataformas de blog que de manera gratuita permitieron a las personas poder volcar pensamientos, pensamientos, alegrías y frustraciones, abrieron un nuevo camino de expresión libre. Pues no era necesario tener un puesto como pluma renombrada en algún medio tradicional para poder escribir la versión del universo de una persona.

Las redes sociales, aunque ya existían antes de Facebook y Twitter, abrieron un camino más, compartir más que palabras. Imágenes y videos, datos personales, amistades, relaciones, gustos, enemistades, preferencias ideológicas, políticas y hasta sexuales. Los itinerarios de los usuarios se volvieron más detallados y la información sólo tenía una limitante, el sentido común de los usuarios.

Los usuarios fuimos quienes vimos en el Internet y sus plataformas, las posibilidad de expresarnos libremente, de hablar, de contar, de criticar sin limitantes, con reglas propias. Las responsabilidad de las palabras y autocensura a veces aplicadas y en momentos no.

En el momento en el que lo ocurrido en Internet pasó la barrera de lo digital, iniciando con entablar una amistad, una relación amorosa, un negocio hasta un movimiento de repudio a la violencia a nivel internacional, fue cuando aquellas personas negadas al avance tecnológico, los medios tradicionales, aquellos de «la vieja guardia» voltearon a ver con sorpresa que en Internet no sólo había código, números, datos, sino personas, personas intercambiando INFORMACIÓN.

Obama llegó con su interacción Ciudadana, los asesores políticos mezclaron el marketing con las campañas electorales, con los mensajes oficiales, y después de eso, los rumores, los Hoax, las bromas, iniciaron una mutación a herramienta de manipulación, manipulación de convertir en oficiales los rumores, mentiras a la medida, dirigidas y segmentadas.

Ya no sólo eran seres humanos intercambiando información, ahora son empresas, gobiernos y organismos marcando territorios, acabando con la sana anarquía de la red, donde los mismos usuarios se responsabilizaban de sus mensajes y pasaron a ser un voto, una cifra de divisa, un consumidor, un cliente.

En este proceso que les cuento he saltado muchos pasos, muchos hechos, pero todo es para poder resumir un proceso que al parecer tiene ya un posible desenlace, la regulación.

Regular los contenidos en Internet es una idea obsena, pues la Internet, un lugar neutral, con reglas propias, reglas no escritas y aceptadas por quienes han tenido la oportunidad de vivir este proceso, ahora es un campo de batalla de una potencia mundial, de grupos delictivos presumiendo sus métodos de tortura, de terroristas infundiendo miedo, de artistas que quieren alabanza, de desconocidos ávidos de autoestima y ego hinchado, un escaparate más un político que pretende imponer sus leyes represoras sólo por que no le parece la crítica, la burla o el destape de información que ponga en riesgo su futuro político.

Amenazas y cárcel es lo que han recibido algunos usuarios al expresarse o hacer una broma, 140 caracteres o menos han sido motivo multas cuantiosas. Guatemala y Veracruz han despertado gran polémica por ser sede de actos de represión y/o intolerancia por aquellos que no entienden y no quieren entender las reglas del Internet, esas que no se escribieron y no lo necesitan.

Afortunadamente son sólo algunos casos, pero los suficientes para despertar la atención de quienes queremos libertad, de quienes apelamos por tener un espacio neutral y poder disfrutar mensajes que buscan exaltar lo mejor del ser humano.

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